El smartphone se ha convertido en una extensión de nuestra anatomía y en vacaciones no iba a ser menos. En la playa, en cualquier terraza, o visitando museos,… no nos separamos de él para poder hablar con nuestros amigos, hacer fotos y contar en las redes sociales lo mucho que estamos disfrutando. Pero el día puede convertirse en una odisea cuando el dispositivo, de repente, desaparece. Y son muchos los que han vivido ese momento ya que en España se denunciaron el año pasado alrededor de 280.000 móviles robados o perdidos y seguramente la mayor parte contenían fotos, información personal, acceso a redes sociales,…
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